Mañana de reflexión que aprovechamos para visitar la zona de Otxandio y sus alrededores.
A pesar de lo atrayente de la cita, somos pocos los que nos atrevemos a completar y disfrutar de la jornada. Nos acercamos hasta el parque natural de Urkiola para comenzar desde allí el recorrido en BTT. Subiendo por encima de la ermita de Santa Polonia nos adentramos en una pista plagada de robledales, hayedos, bosques de fresnos, abedules y los ibéricos pinares, por la que disfrutamos de la naturaleza hasta llegar a Olaeta. Cruzamos el valle dirección a Otxandio, desviandonos antes hacia la izquierda por una pista que nos conduce hasta el humedal del rio Iñola. Tras cruzar varios puentes, recien reparados, comenzamos a subir por una pista entre robles antiguos hasta llegar a la parte alta del monte Mirugain, no sin soltar las primeras gotas de sudor. Por otra pista totalmente cubierta de hojas descendemos hasta el embalse de Albina, próximo a Legutiano. Tras intentar bordear el mismo por el sendero de pescadores, desistimos debido a que el nivel del agua en ésta época cubre gran parte del recorrido. Seguimos por carretera hasta el alto de Kruzeta y desde el mirador de su cima contemplamos el valle de Aramaio cubierto por la niebla. Una pena no poder contemplar en todo su explendor la llamada pequeña Suiza de Euskadi, ubicada en territorio alavés. Retrocedemos unos metros y cogemos la pista que bordeando todo el monte de Durakogain nos acerca a la ermita de San Adrian. Aprovechamos para llenar las cantimploras de agua y comer algo sólido. Tras la parada seguimos pista abajo hasta sobrepasar un pequeño bosque donde encontramos barro en el camino antes de llegar a la base del Asensiomendi, un pequeño montículo que sobresale en la zona con 689mts y que nos tenemos que emplear a fondo para cubrir las últimas rampas y llegar a la cruz que se ubica en su cima. Volvemos por la misma pista hacia la ermita y el alto de Kruzeta, esta vez en sentido ascendente. Para conocer nuevas rutas decidimos bajar el puerto por la misma carretera y desviarnos en Marixeta, junto a una zona de esparcimiento. Por el puente de Boltzeta, rodeados de manadas de vacas de las cercanas e inmensas granjas existentes en la zona, llegamos hasta Otxandio. En el camino de regreso a Urkiola paramos en una queseria conocida, para degustar el producto casero y a la vez hacer acopio en la mochila para seguir en casa saboreando de los mismos en compañia de la familia.
Al final 43 kms por unos parajes, que el tiempo gris que nos acompaño no dejó disfrutar en todo su explendor, pero que al final terminamos con buen sabor de boca ......
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