martes, 10 de marzo de 2009

Baltzola 08.03.09












Amaneció el día gris y lluvioso, acorde con la zona elegida para el recorrido en BTT. Una zona de Dima con numerosas cimas rocosas y abruptas, cargada de una mitología de brujas, con leyendas e historias muy antiguas.
Según nos acercamos, el tiempo va mejorando y al final queda una mañana para disfrutar de lo que nos regala la naturaleza en esos parajes tan especiales.
Tras cruzar el pueblo subimos por el barrio de Bargondia hasta llegar a la ermita de San Lorenzo, justo encima de las famosas cuevas de Baltzola. En el lugar se ha escavado una pequeña cripta, con altar en memoria de la virgen. Después de un trago de agua en la fuente, continuamos por una pista forestal que bordea la modesta cima de Basabil, hasta llegar a un cruce , tomamos el camino de la izquierda que nos llevará hasta el refugio que se ubica en las faldas del monte Leungane, formación rocosa que se erige en la zona con sus más de 1000mts de altitud y que suele ser muy frecuentado por montañeros.
Mirando a la izquierda y en el fondo de la formación rocosa nos atrevemos a distinguir los primeros caseríos de Oba, a los que llegamos tras una espectacular bajada, que hoy en día está hormigonada y ha perdido la emoción de antaño.
Saliendo de Oba y bajo la peña de Asuntza, nos encontramos un barrizal antes de llegar a la fuente del barrio próximo a Artaun, lugar conocido por sus restaurantes especializados en alubias y cabrito, todo ello excelente . ¡Ah!... y también la cuajada . Todo casero.
Bajamos un tramo de carretera y por una pista a la derecha, cruzamos por la casa torre, hoy día convertida en mansión, adentrándonos en los barrios altos de San Kristobal en Igorre.
Seguimos subiendo, dejando a la izquierda las antiguas canteras de Makatzalde, hasta llegar a los caserios de Garaimendi, donde comenzamos un espectacular descenso por los parajes de Usobatz hasta culminar en el barrio de San Andres. Sin salir a la carretera y por la orilla del rio Arratia conseguimos enlazar con los caserios de Zabala, Aresti y el puente romano del barrio lemonés de Telleria.
Al final volvemos por carretera, ya relajados y comentando los pormenores de la etapa, algo más de 43kms sobre la bicicleta y que resultó dura, sobre todo por los muchos desniveles que hemos tenido que superar.

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