Después de la tempestad viene la calma y teníamos la esperanza de que el tiempo nos diera una tregua para poder salir a disfrutar de la BTT en la mañana del domingo.
Coincidimos una buena cuadrilla en esa manera de pensar y acudimos a la cita para cumplir con el recorrido previsto.
Bien pertrechados para el mal tiempo iniciamos la etapa, hasta Lemoa vamos de charla animada calentando las piernas. Tras cruzar el rio Ibaizabal, donde ya se ha unido al Arratia nos encaminamos hacia el barranco de Bedia, húmedo y poblado de un oscuro bosque que nos adentra en las laderas del monte Mandoia.
Con varios troncos caídos en el camino vamos teniendo las primeras dificultades, pero que sorteamos y seguimos disfrutando de los pedales, junto al arroyo de aguas limpias que baja del monte y antiguamente se llamaba Utxarain.
Tras subir por una fuerte pendiente con piedra suelta llegamos al refugio de Kortabaso, donde no encontramos a los pastores de otras veces haciendo el amarretako. ¿Habrán tenido miedo del temporal?.
Seguimos subiendo por una pista descubierta por la tala de pinos realizada hace poco y que nos deja ver al fondo el valle de Usánsolo, hasta llegar a la base del Mandoia, donde nos protegemos del viento entre el pinar que todavía se mantiene en ese punto y podemos alimentarnos un poco para seguir con la etapa.
Tras una bajada rápida disfrutando de la misma llegamos a la ermita de Andramari en el barrio de Zeberiogane, donde encontramos a los vecinos cortando los troncos caídos en el acceso de la misma. Por su parte derecha está marcado un sendero que indica Zeberio y que por un barrizal vamos patinando hasta el barrio de Ereñotza, perdido en la parte alta de Zeberio.
Volvemos hacia Ermitabarri por carretera y cogemos el desvío hacia Gesala, justo debajo de la Iglesia de Santo Tomás de Olabarrieta en el barrio de Elizondo (Gótico de finales del siglo XV).
Mientras reparamos un pinchazo, el grupo se refugia en un frontón renovado junto a la iglesia y donde se entretienen jugando un partido en toda regla con una pelota que estaba en el lugar.
Seguimos tras el partido llegando a Gesala y el barrio de Lexartza por un barranco que nos llevará hasta los caserios de Laureta, en la carretera que sube hacia Orozko.
Por la pista que indica “parque natural del Gorbeia” subimos hasta el parking de Upokomakotza, donde queremos reponer el agua de los bidones y la fuente está seca (cosa rara en pleno invierno).
Bajamos por la pista de cemento, con sumo cuidado por los coches que suben hacia Pagomakurre, hasta la plaza de Areatza, donde nos agrupamos y volvemos a casa por carretera, tras casi 55 kms Al final se notaban las piernas un poco cansadas para los menos entrenados, pues resultó un perfil de sube y baja bastante duro.
Coincidimos una buena cuadrilla en esa manera de pensar y acudimos a la cita para cumplir con el recorrido previsto.
Bien pertrechados para el mal tiempo iniciamos la etapa, hasta Lemoa vamos de charla animada calentando las piernas. Tras cruzar el rio Ibaizabal, donde ya se ha unido al Arratia nos encaminamos hacia el barranco de Bedia, húmedo y poblado de un oscuro bosque que nos adentra en las laderas del monte Mandoia.
Con varios troncos caídos en el camino vamos teniendo las primeras dificultades, pero que sorteamos y seguimos disfrutando de los pedales, junto al arroyo de aguas limpias que baja del monte y antiguamente se llamaba Utxarain.
Tras subir por una fuerte pendiente con piedra suelta llegamos al refugio de Kortabaso, donde no encontramos a los pastores de otras veces haciendo el amarretako. ¿Habrán tenido miedo del temporal?.
Seguimos subiendo por una pista descubierta por la tala de pinos realizada hace poco y que nos deja ver al fondo el valle de Usánsolo, hasta llegar a la base del Mandoia, donde nos protegemos del viento entre el pinar que todavía se mantiene en ese punto y podemos alimentarnos un poco para seguir con la etapa.
Tras una bajada rápida disfrutando de la misma llegamos a la ermita de Andramari en el barrio de Zeberiogane, donde encontramos a los vecinos cortando los troncos caídos en el acceso de la misma. Por su parte derecha está marcado un sendero que indica Zeberio y que por un barrizal vamos patinando hasta el barrio de Ereñotza, perdido en la parte alta de Zeberio.
Volvemos hacia Ermitabarri por carretera y cogemos el desvío hacia Gesala, justo debajo de la Iglesia de Santo Tomás de Olabarrieta en el barrio de Elizondo (Gótico de finales del siglo XV).
Mientras reparamos un pinchazo, el grupo se refugia en un frontón renovado junto a la iglesia y donde se entretienen jugando un partido en toda regla con una pelota que estaba en el lugar.
Seguimos tras el partido llegando a Gesala y el barrio de Lexartza por un barranco que nos llevará hasta los caserios de Laureta, en la carretera que sube hacia Orozko.
Por la pista que indica “parque natural del Gorbeia” subimos hasta el parking de Upokomakotza, donde queremos reponer el agua de los bidones y la fuente está seca (cosa rara en pleno invierno).
Bajamos por la pista de cemento, con sumo cuidado por los coches que suben hacia Pagomakurre, hasta la plaza de Areatza, donde nos agrupamos y volvemos a casa por carretera, tras casi 55 kms Al final se notaban las piernas un poco cansadas para los menos entrenados, pues resultó un perfil de sube y baja bastante duro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario