Tras un sábado completamente pasado por agua y con la previsión de más agua para el domingo, las ganas para salir de paseo con la BTT se mermaron un poco.
A pesar de ello siempre hay valientes que ante todo desean que la adrenalina fluya por sus venas y no dejan pasar la oportunidad que nos ofrece la práctica sin límites de la BTT.
Los que salieron, decidieron como objetivo las laderas del monte Mandoia.
Es una cima de 637mts de altitud y es la máxima altura del macizo que se alza entre los valles de Arratia y Zeberio, bañados por los ríos Arratia y Nervión respectivamente. En la misma cadena montañosa destacan las cimas de Artanda, Upo, Gasteluzar y Apario.
Las barrancadas dan cierta complejidad orográfica, cubierta en su mayor parte por variopintas plantaciones: Pino, Alerces, roble americano e incluso abedules, que han venido a sustituir a la vegetación postencial, bien representada por el diminuto hayedo que crece en el monte Upo o los bosquetes de encinas de la vertiente sur del monte Zeata, justo encima de los caserios de Ereño.
Iniciamos la ascensión por el barranco de Bedia, en las cotas altas nos acompaña un cielo grisáceo que deja caer las primeras gotas de agua nieve, dejándonos el cuerpo listo para la bajada por la otra barrancada destacable de la zona, Lekubaso.
Tanto las bicis como todos los regatos de los alrededores, nos llevan hasta el pantano y de ahí hasta Usánsolo para volver cuanto antes a casa.
Al final resultó una etapa poco agradable, tanto por las circunstancias climatológicas como las mecánicas que no nos abandonaron en toda la mañana.
Otro día será ……
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