Etapa reina, por su recorrido exigente y de unos paisajes que maravillan a cualquiera.
Para llegar a la zona antes tuvimos que acercarnos hasta Abadiño por carretera. En fila india e intentando protegernos del viento que soplaba de frente.Ya en el barrio de Mendiola iniciamos las primeras rampas por las canteras de Atxarte, hasta llegar a Txakursulo y por carretera los últimpos repechos hasta el santuario de Urquiola.
Un breve descanso mientras reparamos dos pinchazos sufridos y otra vez para arriba por el camino que sube al Pol-Pol y a las campas de Asuntze.
Subiendo hasta las faldas del Amboto tuvimos que luchar contra el impresionante ventarron que azotaba la zona y que bastante teniamos para mantenernos en la bici y encima pedalear.
Por las campas y cruzando el bosque de robles y hayas con toda la hojarasca que cubria el camino, llegamos hasta Besaide,ubicado entre las cimas de Amboto y Udalaitz.
En el lugar, en los años 50 se erigió un monumento al Montañero desaparecido, realizado por el arquitecto Pueyo y en 1990 por el japonés Yoshim Ogato se alzó otro a pocos metros del anterior.
Realizamos la foto bajo este último monumento donde coinciden las tres provincias vascas y nos encaminamos monte abajo hasta Apatamonasterio en el valle de Atxondo.
Desde ahí y por carretera volvemos a casa, en total unos 67kms aproximadamente,y una vez más disfrutando de la mañana y de la bici de montaña.
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